Apple ha vuelto a poner la delgadez en el centro del relato con el iPhone Air. Es finísimo, ligero y, sobre la mesa, luce impecable. Pero con los móviles pasa como con los coches deportivos: las fotos venden, la conducción decide. Al ponerlo frente al Samsung Galaxy S25 Edge, ese discurso del milímetro deja de ser titular y pasa a ser un detalle más dentro de la experiencia.
Ayer mismo, Apple presentaba su nuevo iPhone Air y con el reciente S25 Edge en el mercado, las comparativas están servidas. Son dos smartphones con conceptos muy parecidos, (terminales premium para usuarios que valoran el diseño), quizás para usuarios similares, pero también con diferencias notables entre sí.
Lo cierto es que Samsung se ha adelantado y eso ha dado a Apple cierta ventaja para intentar mejorar su propuesta. Si lo consigue o no es otro tema. Por si acaso, hemos estado revisando qué ofrecen uno y otro y esto es lo que nos han parecido.
Diseño y ergonomía
El iPhone Air juega la carta de la estética extrema: 5,64 mm y 165 gramos. Es una locura en términos de ingeniería y transmite esa sensación de "joya" que Apple trabaja tan bien. Su panel OLED de 6,5” a 120 Hz es nítido y el Ceramic Shield suma tranquilidad.
Con un grosor de 5,8 mm, el Galaxy S25 Edge gana en ligereza, con un peso de 163 gramos. Ojo además a su pantalla, Dynamic AMOLED también a 120 Hz, pero con 6,7 pulgadas. Es capaz de ofrecer más diagonal, algo a lo que no todos los usuarios están dispuestos a renunciar en favor del peso o la delgadez.
Ofrece por tanto una experiencia más inmersiva y envolvente, se siente más "pantalla" y menos "envoltorio".

Conectividad móvil: eSIM o SIM clásica
Apple ha decidido que el iPhone Air se sume al camino que ya había abierto en otros mercados: prescindir por completo de la bandeja SIM física y confiar únicamente en la eSIM. Sobre el papel la jugada resulta atractiva, porque permite activar un número con un simple QR, cambiar de operador sin andar con pinchos ni ranuras y mantener el diseño más limpio.
El problema viene cuando sales de ese escenario perfecto. En España la eSIM se ofrece cada vez más, pero no siempre está disponible en todas las tarifas y operadores, y no todos la gestionan con rapidez. Y si el teléfono se rompe o tienes que usar uno más antiguo de forma provisional, la falta de tarjeta física complica bastante las cosas.
El Galaxy S25 Edge opta por una fórmula menos tajante y más pensada para la vida real: mantiene la posibilidad de usar una nanoSIM tradicional, además de la eSIM. Esa mezcla aporta tranquilidad, sobre todo a quienes viajan, gestionan dos líneas o simplemente quieren cambiar de teléfono sin depender de aplicaciones ni trámites adicionales.
Al final, el iPhone Air plantea un futuro sin ranuras ni tarjetas, mientras que el S25 Edge ofrece hoy un margen de maniobra que muchos usuarios siguen valorando.
Rendimiento y software
El nuevo chip A19 Pro del iPhone Air y iOS 26 entregan la fluidez marca de la casa. El conjunto es perfecto para aquellos que viven su vida digital en el ecosistema Apple: todo encaja, sin fricciones.
El S25 Edge monta Snapdragon 8 Elite con 12 GB de RAM y corre Android 15 con One UI 7, aunque en nada tendrá One UI 8. No hay dudas sobre la potencia del conjunto, pero lo bueno del mismo no radica ahí. Más bien habría que mirar más a la interoperabilidad entre marcas y sistemas, por un lado, y por otro, las posibilidades de personalización real que ofrece Android en general y Samsung con One UI en particular: gestión avanzada de notificaciones, pantallas de inicio a nuestro gusto personal, atajos en el borde de la pantalla, automatizaciones…
Es ese margen para adaptar el móvil a la personalidad y forma de trabajar de cada uno donde Samsung gana por goleada. El Edge no "viene hecho": lo "haces" a tu medida.

Cámaras: 200 MP que no son marketing
Aquí la balanza se inclina con claridad. El iPhone Air y su cámara trasera de 48 MP seguramente rindan de lujo, sobre todo en vídeo, con Dolby Vision. Pero el S25 Edge está a un nivel superior por dos aspectos: su sensor principal de 200 MP. Gracias a él, podemos obtener fotos equivalentes a las que tendríamos con otras focales simplemente mediante recorte sin pérdida de calidad.
En este aspecto, los 48 MP del iPhone no pueden competir, incluso aunque la forma de solventar el llevar una única lente sea esa: el recorte para simular imágenes con diferentes focales.
El segundo aspecto es decisivo: el ultra gran angular de 12 MP del Samsung ofrece la posibilidad de componer de formas que el iPhone Air, sencillamente, no puede. Paisajes, arquitectura, interiores, fotos de grupo… Cuando te acostumbras a esa versatilidad, cualquier sistema de cámara "única" se queda corto. Y si te gusta la video-creación, el 8K del S25 Edge puede ser excesivo para uso diario, pero te abre un margen creativo que el Air no alcanza.

Batería y carga
Apple habla de hasta 27 horas de vídeo y MagSafe. Perfecto para quien prefiere estirar el día sin mirar el cargador... si se cumple. Según parece, aquí tenemos una batería con 3.149 mAh, muy inferior a los 3.900 mAh que declara Samsung para su S25 Edge.
Si tenemos en cuenta lo bien optimizado que está el consumo del terminal y que cuenta con carga rápida a 25 W e inalámbrica, este es otro apartado en el que el Galaxy gana de calle.
Además, en smartphones así, en los que hacemos una concesión al diseño, quizás lo importante no sea cuánto dura la batería, sino cuánto tardas en tenerla llena o en volver al 60% cuando se llevan prisas. En el día a día, esa velocidad te puede sacar de un apuro. Y sí, en Apple todo está pulido, pero la rapidez de recuperación de autonomía en el Samsung es un alivio muy real.
Delgaditos, sí, pero según para qué
El iPhone Air es un gran escaparate de ingeniería y un excelente "teléfono plug & play", pero en 2025, la conversación no va de ver quién afina más el chasis, sino de qué ofreces dentro de ese chasis.
El Galaxy S25 Edge no presume tanto de milímetros, y, aun así, es más ligero, tiene más pantalla, más autonomía, ofrece más libertad y es más personalizable, y se redondea con una cámara que ofrece muchas más posibilidades.
Por todo ello, si tengo que elegir lo tengo claro: me quedo con el S25 Edge. La delgadez está muy bien, pero mejor acompañada de una experiencia más redonda.
Imágenes | Dall-E
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