Ha tardado en llegar, pero el frío ya está aquí. Es un momento del año en el que se hace casi imprescindible utilizar sistemas de calefacción o el aire acondicionado para mantener una buena temperatura en casa. No existe una fórmula correcta y universal, pero todos buscamos esa temperatura que nos permita estar confortables, pero sin que la factura de la luz se dispare. De eso se trata: de estar lo más cómodos posible en casa.
Eso implica también que llevemos a cabo las típicas tareas de limpieza y orden, una que incluye "ventilar" las habitaciones. Esto se traduce en abrir las ventanas para renovar el aire del interior de la vivienda, algo que deberíamos hacer una vez al día. El problema es que ahora con el frío no apetece, pero ¿debemos seguir haciéndolo?
Sí, hay que seguir ventilando incluso en invierno
Ventilar la casa es una de esas tareas que se lleva haciendo toda la vida. Es una tarea sencilla y que parece no tener demasiada importancia, pero que permite expulsar al exterior ese aire que tenemos en casa "viciado" y que, de lo contrario, estaríamos respirando una y otra vez.
Haciendo esta rutina, lo que conseguimos es reducir la concentración de CO2 y "refrescar" el aire, eliminando por el camino posibles sustancias o partículas que se encuentren disueltas en él (y que pueden ser perjudiciales para nuestra salud). De esta forma, podemos conseguir minimizar la presencia de polvo, ácaros y otros microorganismos como virus y bacterias.
Pero eso no es todo. Ventilando la casa, también podremos regular la humedad relativa del aire, que teóricamente debería estar situada entre el 40 y el 50%. Si la humedad está por debajo del 40% pueden aparecer ciertas molestias y sequedad en las mucosas, mientras que si sube del otro límite, puede haber proliferación de moho y condensación en superficies como ventanas o puertas.
Por supuesto, como es lógico, ventilar también ayuda a deshacernos de malos olores dentro de casa. Esto es algo que hacemos realmente sin pensar la mayoría del tiempo cuando cocinamos, si tenemos mascotas en casa o si hay fumadores conviviendo con nosotros.
Como plus, al ventilar, también es interesante abrir cortinas y persianas para dejar pasar el sol. De esta forma, también conseguiremos desinfectar con la luz natural si los rayos del sol inciden de forma directa. Todo sin la necesidad de utilizar ningún tipo de producto químico.
¿Cuál es el momento ideal para ventilar toda la casa?
Ahora que tenemos claro que es algo que deberíamos meter en nuestra rutina de limpieza, toca hablar de cómo y cuándo hacerlo. Con el frío que hace en algunos lados del territorio español, puede parecer una auténtica locura. Lo ideal, en invierno, es hacerlo en uno de estos dos horarios para ventilar sin perder energía de la calefacción:
- La primera hora de la mañana: es un buen momento para hacerlo, especialmente si hemos dormido en casa sin calefacción o aire acondicionado puesto. De esta forma, podemos abrir las ventanas sin perder nada de calor del interior prácticamente.
- Hacia el mediodía: a esta hora, es cuando el sol va a incidir más en nuestra vivienda. Así, podemos aprovechar esos "grados extra" que nos aportan los rayos de luz mientras ventilamos la vivienda.
En este punto, cabe aclarar una cosa. Por mucho que parezca la solución más adecuada, en ningún caso debemos dejar solo una pequeña rendija por las ventanas a la hora de ventilar. Haciendo esto, la extracción del aire "viciado" no se llevará a cabo. Lo único que estaremos consiguiendo es perder, poco a poco y de forma constante, calor del interior de casa.
Este es el tiempo que deberíamos ventilar la casa en invierno
Nos queda una cosa de la que hablar: el tiempo que es necesario estar ventilando, especialmente en invierno. De forma general, deben bastar unos 10 o 15 minutos para lograr una ventilación total rápida, especialmente si podemos lograr corrientes de aire cruzadas abriendo varias ventanas y puertas. Cuando terminemos, basta con cerrar y encender el aire acondicionado o calefacción de la habitación que hayamos ventilado.
¿Y si tenemos mucha prisa o no queremos perder prácticamente calor? La mejor forma de acelerar este proceso es crear corrientes de aire mecánicas artificiales, usando, por ejemplo, un ventilador. De esta forma, tendremos que tener las ventanas y puertas menos tiempo abiertas a cambio de un poco de consumo eléctrico.
Hay habitaciones donde ventilar es incluso más relevante. En la cocina, por ejemplo, es vital si queremos evitar la acumulación de olores y vapores, tanto mientras cocinamos como después del cocinado. Si tenemos una buena campana extractora, entonces la tarea será más sencilla.
La otra habitación más sensible que es clave ventilar es el cuarto de baño. Aquí, después de usar agua caliente, se va a producir un exceso de humedad que se tiende a acumular en las paredes, techos y muebles. Lo ideal es ventilar después de ducharnos, independientemente de la hora del día. Si queremos evitar que el frío entre en el resto de la vivienda, basta con cerrar la puerta del baño.
Imagen | Ian Taylor en Unsplash
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