Siempre había dado por hecho que el algodón era el enemigo del secado (aunque existen prendas que no se pueden meter): tarda, se apelmaza y, si te despistas, sale medio rígido. En casa nos pasaba con las sábanas gorditas, con las toallas y con las camisetas que más nos gustan. Hasta que, trasteando el panel, di con un modo que había ignorado por puro automático: Cotton Dry Prep.
No promete milagros, pero sí hace algo muy sensato: preparar la colada de algodón para que el secado posterior sea más rápido, más uniforme y menos agresivo. Desde entonces, mi rutina cambió para bien.
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Qué es lo que hace de manera diferente Cotton Dry Prep
La tentación con el algodón es “meter caña” y ya. Este ciclo va por otro camino. No intenta dejar la ropa lista del tirón, sino sacar ese exceso de humedad que complica todo lo que viene después. Lo hace con temperatura medida y tiempos contenidos, de forma que el tambor no “cocina” las fibras y el tejido no se reseca.
El resultado es que el ciclo de secado final dura menos, el calor que necesita es menor y la colada sale con una textura más natural, sin zonas húmedas ni esa rigidez rara en puños y cuellos.
En la práctica se nota mucho en piezas voluminosas: sábanas, toallas o sudaderas. Antes me pedían dos vueltas de secado completo. Ahora, con esta “preparación”, el segundo tramo se acorta y no voy mirando el reloj.
Cómo lo integro en la rutina
Mi regla es sencilla: algodón con cierta carga > Cotton Dry Prep > secado principal. No hay que hacer cálculos raros, porque la secadora ajusta automáticamente en función de la cantidad de ropa y la humedad real. Si la colada es pequeña (medias y camisetas finas), a veces salto directo al secado normal; pero cuando la cosa pesa, esta fase previa marca la diferencia.
Un detalle práctico: al terminar la preparación, saco y sacudo rápidamente las piezas grandes. Con ese gesto de diez segundos deshago pliegues y el aire corre mejor en el tramo final. Menos arrugas y menos plancha.

Ahorro en la factura, secado más sostenible
Hay beneficios que no se ven, pero se sienten a final de mes. Acortar el tramo de secado significa gastar menos electricidad. No hablamos de ciencia ficción: son minutos de menos en cada ciclo y, a la larga, suman.
Además, el algodón sufre menos, así que las prendas aguantan más tiempo bien. Menos reposiciones, menos residuos. Sin discursos grandilocuentes: es aprovechar con cabeza lo que la máquina ya sabe hacer.
Lo que he aprendido tras varias semanas
• El algodón no pide más calor, pide mejor gestión. Quitar humedad de forma progresiva funciona mejor que “achicharrar” la colada.
• Uniformidad sobre velocidad bruta. Cuando el tejido entra al secado final “domado”, todo acaba a la vez y no hay sorpresas al doblar.
• Pequeños hábitos, gran efecto. Sacudir en el intermedio y no sobrecargar el tambor son trucos simples que potencian el modo.
Cuándo no lo uso y por qué
Si voy justísimo de tiempo con una carga pequeña, salto directo al secado normal. Y con prendas delicadas que no sean 100% algodón, prefiero ciclos específicos. Cotton Dry Prep es un as en la manga para algodón de verdad y cargas medias/grandes. Ahí rinde de maravilla.
No es una función “de escaparate”, y quizá por eso pasa desapercibida. Pero Cotton Dry Prep ha convertido mis coladas de algodón en algo predecible: más rápido, más uniforme y más amable con las fibras. Si tu secadora Samsung lo incluye, merece un sitio fijo en tus ciclos favoritos. A veces, mejorar no es hacer más, sino hacerlo en el orden correcto. Y aquí, el orden lo es todo.
Imágenes | Dall-E
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