Una cosa es tener aire fresco y otra muy distinta es encender el aire acondicionado y que huela a cerrado, a humedad o, directamente, a moho. Quien lo ha vivido sabe que no sólo es desagradable, sino que también puede ser señal de que algo no va bien en el interior del aparato.
Y aquí es donde entra Samsung, que lleva tiempo aplicando soluciones reales a este problema, con resultados que se notan desde el primer uso y que, lo mejor de todo, funcionan sin que tengas que hacer prácticamente nada.
Cuando apagas el aire, Samsung sigue trabajando por dentro
Una de las cosas más prácticas que tienen muchos de los modelos actuales de Samsung es algo llamado Auto Clean. El nombre no suena especialmente rompedor, pero lo que hace sí lo es: justo después de apagar el aire, el sistema activa de forma automática un ciclo de secado que elimina la humedad que haya podido quedar en el interior del intercambiador de calor.
Ese pequeño gesto (que se hace sólo, sin que tengas que activar nada) evita que el agua condensada se acumule dentro del equipo. Y al no haber humedad, tampoco hay moho ni bacterias que puedan crecer. Lo notas sobre todo al encenderlo al día siguiente: el aire no huele a nada raro y eso ya es mucho.

También importa con qué está hecho el equipo
Pero no todo es tecnología automática. Hay un detalle que muchos pasan por alto y que también marca la diferencia: los materiales interiores. Samsung utiliza recubrimientos especiales en las aletas, filtros y otras piezas internas, como el DuraFin, que están en contacto directo con el flujo de aire. Son materiales con tratamiento antibacteriano que impiden que las partículas orgánicas se adhieran y se conviertan en un nido de olores con el paso del tiempo.
No es algo que se vea, pero sí se nota en el uso diario. Porque cuanto menos se acumule, menos mantenimiento necesitas y más limpio se mantiene el sistema por dentro.

Un tipo de aire que no empuja la humedad
Si además hablamos de los modelos Wind-Free, hay otro factor a tener en cuenta: el tipo de flujo que generan. En lugar de lanzar chorros de aire directo (que, a veces, incluso levantan polvo o crean zonas más húmedas), lo que hacen es repartir el aire de forma suave y constante a través de miles de microperforaciones. Eso ayuda a mantener una temperatura agradable sin crear un ambiente cargado.
Con todo esto, Samsung ha conseguido algo importante: que te olvides de los malos olores en el aire acondicionado. Y que no tengas que desmontar media unidad para limpiar cada poco tiempo. Ese tipo de mantenimiento invisible, que trabaja por ti, es lo que marca la diferencia en el día a día.
Imágenes | Freepik AI
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