Las Galaxy XR llegan con un mensaje claro: Samsung quiere ganar la partida a Apple y Meta

Las Galaxy XR marcan el debut de Samsung en la realidad mixta con la mira puesta en las Vision Pro de Apple y en Meta

Galaxy Xr y sus rivales
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Manuel Naranjo

Editor

Samsung ha puesto sobre la mesa su primera gran apuesta para la realidad extendida y lo ha hecho con una estrategia clara: ofrecer un visor potente, cómodo y conectado a su ecosistema, pero a un precio que no desbarate el presupuesto. 

Las Galaxy XR no llegan como experimento, sino como la pieza que encaja con móviles, televisores y servicios de la casa. La pregunta ahora no es si compiten, sino cómo lo hacen frente a las Apple Vision Pro, Meta Quest 3 y HTC Vive XR Elite.

Índice de Contenidos (6)

Diseño y comodidad: discreción bien pensada

El enfoque de Samsung va por el camino correcto. El reparto de peso y los materiales ayudan a que las sesiones largas no se hagan cuesta arriba

Apple, por su parte, cuida el acabado casi como si fuera joyería; el resultado es impecable, pero el conjunto es más pesado y exige batería externa. 

Meta y HTC juegan en la liga de lo práctico: carcasas ligeras, menos refinadas. En el equilibrio entre presencia y uso real, las Galaxy XR encuentran un punto dulce: cómodas, sobrias y sin florituras.

Pantallas y fidelidad: el terreno que Samsung conoce

Si hay un apartado en el que Samsung se mueve con soltura, es el del panel. Las Galaxy XR montan micro-OLED con resolución 4.3K por ojo y un FOV amplio, con negros profundos y color muy controlado. No es casualidad: bebe de años de experiencia afinando móviles y televisores. 

Apple sigue marcando el listón en nitidez pura con Vision Pro, pero el salto de Samsung coloca por fin a un visor Android en esa conversación. Meta y HTC, con LCD, cumplen para juego y usos generales, aunque se quedan un paso por detrás en contraste y uniformidad.

Galaxy y sus rivales

Rendimiento e inteligencia: Android XR con Gemini integrado

Más allá del músculo (Snapdragon XR2 Gen 2, memoria generosa y almacenamiento suficiente) lo interesante es la capa de cerebro: Android XR con Gemini. La interacción por voz encaja de forma natural cuando estás inmerso: abrir apps, pedir rutas, identificar lo que ves o recuperar información sin menús enrevesados. 

Aquí Samsung propone algo distinto a Apple (ecosistema cerrado y muy pulido) y a Meta (potencia lúdica): un visor que conversa con el mundo Android y los servicios de Google sin fricciones, y que además se lleva de maravilla con el resto del catálogo Galaxy.

Ecosistema: cuando todo lo que tienes en casa suma

La ventaja de Samsung es que no empieza de cero. Las Galaxy XR se entienden con tu móvil Galaxy, proyectan contenido desde el televisor, pueden coordinarse con SmartThings y hasta aprovechar el reloj como control auxiliar en ciertas tareas.

Apple juega esa carta dentro de su jardín (y lo hace bien), pero si vives ya en “modo Galaxy”, el aterrizaje de XR es casi plug and play. Meta y HTC rinden en su vertical, aunque les falta ese tejido doméstico que hace que la experiencia fluya entre dispositivos.

Samsung Galaxy XR Samsung Galaxy XR

Apps y casos de uso: de trabajar a desconectar

La foto de software empieza a definirse: navegación web cómoda, YouTube y vídeo en gran formato, paseo aéreo por ciudades con Maps, visualización de fotos, colaboración remota, y ocio: plataformas de streaming y juegos XR que aprovechan el tracking. 

Meta sigue siendo reina en catálogo puro de juego; Apple brilla en productividad y en la experiencia de escritorio extendido. Samsung, con Android XR y Gemini, apunta a un término medio muy interesante: entretenimiento de calidad, herramientas útiles y una curva de aprendizaje suave gracias al lenguaje natural.

Precio y valor: el movimiento que cambia la conversación

El precio importa, y mucho. Galaxy XR salen por 1.800 dólares. Vision Pro sube a 3.500 dólares. Quest 3 baja a la franja de los quinientos, con un enfoque gamer clarísimo. Vive XR Elite se mantiene en el rango medio-alto

Con esa etiqueta, Samsung se posiciona donde más público hay: quien busca algo serio, bien construido y con proyección, pero sin entrar en el territorio prohibitivo de Apple. No es una rebaja a costa de recortar en lo básico; es una apuesta equilibrada.

Samsung no ha llegado para replicar lo que hacen otros. Ha llegado para unir piezas que ya tenía: paneles de primer nivel, hardware fiable, IA útil y un ecosistema que la mayoría reconoce. Las Galaxy XR no intentan ser la máquina más cara ni la más barata, sino la opción sensata con ambición.

Imágenes | Manuel Naranjo, Samsung

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