Hace un año fueron un concepto y ahora, ya están aquí. Samsung ha lanzado las Galaxy XR con una jugada clara: un visor potente, integrado con Android XR y un precio que pone presión al resto. No hay trailers interminables ni promesas vagas; hay producto, funciones que se sienten útiles desde el minuto uno y una forma distinta de moverse por el contenido.
Índice de Contenidos (5)
Ficha técnica Samsung Galaxy XR
Galaxy XR |
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pantalla |
Micro OLED 3.552 x 3.840 píxeles (27 millones de píxeles) Tasa de refresco de entre 60 Hz, 72 Hz y 90 Hz Campo de visión: 109 grados horizontales / 100 grados verticales |
PESO |
545 gramos |
MEMORIA RAM |
16 GB |
almacenamiento |
256 GB |
sensores |
Dos cámaras pass-through de alta resolución Seis cámaras de seguimiento orientadas al ambiente Cuatro cámaras de seguimiento ocular Sensor de profundidad Sensor de parpadeo |
batería |
Hasta 2 horas de autonomía / 2,5 horas de visualización de vídeos |
cámara |
6.5 MP, 18 mm, F/2.0 Captura de fotos y vídeos en 3D |
conectividad |
WiFi 7 Bluetooth 5.4 |
otros |
Dos altavoces Seis micrófonos Reconocimiento de iris |
precio |
1.800 dólares en EE. UU. |
Un estreno importante y con precio calculado

El visor ya se puede comprar en Estados Unidos y Corea del Sur por 1.800 dólares. Esa cifra no es casualidad: sitúa a Samsung casi a mitad de precio frente a su rival más mediático (las Vision Pro de Apple) y, a la vez, conserva un hardware que no suena a recorte.
La sensación es la de una entrada ambiciosa en un mercado que todavía está encontrando su forma, y en el que Samsung decide competir por arriba sin tirar la casa por la ventana.
Android XR con IA al centro de la experiencia

La base de todo es Android XR, el sistema de Google para experiencias mixtas que combinan elementos del mundo real con entornos virtuales. Aquí no hay menús complicados: la interacción gira en torno a la voz y a Gemini, la inteligencia artificial de Google.
Te pones el visor, hablas, y pasan cosas. “Llévame a Manhattan” abre una vista inmersiva en Google Maps; “abre Netflix” lanza reproducción en un entorno que literalmente te rodea; “muéstrame mis fotos de verano” convierte Google Fotos en un álbum envolvente que da gusto hojear.
La función Rodea para buscar también da el salto a este formato: señalas un objeto del entorno con las cámaras del visor y pides contexto. Respuestas rápidas, sin recurrir al móvil. Ese camino, el de reducir fricción, es probablemente lo más interesante del enfoque de Samsung: que lo “XR” no sea un truco, sino una forma más natural de consumir y crear contenido.
Pantallas micro-OLED y un cerebro a la altura

En el interior va lo que esperas de un visor de gama alta. Dos paneles micro-OLED con resolución 4.3K, campo de visión amplio (109° horizontales y 100° verticales) y una tasa de refresco que puede subir a 90 Hz para experiencias más fluidas.
El procesador es el Snapdragon XR2 de segunda generación, un chip pensado para tareas 3D e IA en tiempo real, acompañado por 16 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento. Sobre el papel, músculo suficiente para mover escenas complejas sin que todo se venga abajo a la primera.
La autonomía ronda las dos horas de uso continuado y puede estirarse un poco más si se limita a vídeo. No es una batería para maratones, pero está en la línea de lo que permite la tecnología actual en este formato. En la práctica, obliga a pensar la sesión XR como algo con principio y fin, igual que un par de episodios o una sesión de juego.
¿Por qué esta propuesta importa?

Porque combina tres piezas que hasta ahora rara vez iban juntas: lanzamiento inmediato, precio agresivo y una integración coherente con servicios que ya usamos a diario.
No estas ante un aparato que vive en su propia burbuja; es un visor que abre Google Maps, Netflix o Chrome como quien abre una pestaña, sólo que aquí lo hace ocupando tu campo de visión y respondiendo a tu voz. Esa naturalidad es lo que puede marcar la diferencia entre la demo y el uso real.
La otra clave es estratégica: con 1.800 dólares, Samsung rebaja la barrera de entrada a un segmento que, hasta ahora, parecía reservado a presupuestos estratosféricos. Es una forma de decir “esto va en serio” sin pedirte que hipoteques el salón.
De momento, las Galaxy XR se venden en EE. UU. y Corea del Sur (en esos países ya están disponibles). La llegada a Europa no está anunciada, pero es cuestión de calendario: Samsung no suele tardar cuando ve tracción. Si aterrizan en España con la misma receta (Android XR, Gemini bien integrado y ese precio), tendremos uno de los lanzamientos más relevantes del año en hardware inmersivo.
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