No hace mucho, he descubierto que no necesito más cacharros ni una rutina complicada para moverme un poco cada día. Con Samsung Health en mi Smart TV, el salón se ha convertido en un espacio donde estiro, sudo y hasta respiro mejor. Enciendo la tele, abro la app y tengo delante sesiones guiadas que no me piden más que una esterilla y diez minutos libres.
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Puesta en marcha sin líos
En Tizen la app viene instalada o se descarga en un momento. La primera vez vinculé mi cuenta de Samsung y ajusté un par de preferencias básicas: nivel, objetivos y días en los que quiero recordatorios.
No hay menús enrevesados; la interfaz es clara, con categorías como yoga, HIIT, movilidad, fuerza, estiramientos y meditación. Lo agradecí porque no tenía ganas de pelearme con ajustes cuando lo que quería era empezar.
Entrenar acompañado, aunque esté sólo
Emparejé el Galaxy Watch Ultra con la tele a través de SmartThings y la experiencia cambió.
Durante la sesión se ve en pantalla el ritmo, calorías y frecuencia cardiaca sin apartar la vista de los ejercicios. Esto me ayuda a regularme: si me paso de vueltas, aflojo; si me quedo corto, subo un punto.
Al terminar, los datos quedan guardados en mi historial de Samsung Health y desde el móvil reviso cómo he ido progresando a lo largo de la semana.
Rutinas que se adaptan al día que llevo
No siempre me apetece lo mismo. Hay veces en las que tiro de activaciones cortas de 10 minutos para despejar la cabeza, y findes en los que me animo con bloques de 30-40 minutos.
La app sugiere contenidos en función de lo que he hecho los días anteriores y de mis objetivos: si llevo mucho cardio, me propone movilidad; si he estado sentado todo el día, me recuerda estirar la espalda. También puedo guardar mis sesiones favoritas para repetirlas sin buscarlas, algo útil cuando encuentro una rutina que me encaja.
El detalle que lo cambia todo
En pantalla grande los movimientos se entienden mejor. Los temporizadores visibles, la cuenta atrás entre series y las demostraciones paso a paso me han evitado parones. Cuando conecto música desde la tele o desde el móvil, el conjunto queda redondo. Y si un día no puedo terminar, la app recuerda por dónde iba para retomarlo luego.
Una de las secciones que más uso es la de respiración guiada y meditación. Por la noche, con la luz baja del salón, pongo una sesión breve y dejo que el cuerpo aterrice. Es un complemento sencillo que me ayuda a dormir mejor y a cerrar el día sin pantallas ruidosas ni notificaciones.
Lo que me ha funcionado de verdad
He aprendido que no hace falta obsesionarse. Tres o cuatro sesiones cortas a la semana ya se notan. Tenerlo en la tele reduce la fricción: cero instalaciones raras, cero “ya lo haré”. Pongo una rutina, sigo las indicaciones y listo. Si sumo pasos durante el día y alguna caminata, la sensación de estar activo llega sola. Y cuando no toca entrenar, tiro de estiramientos o movilidad para no agarrotarme.
La tele suele estar asociada a series y sofá, pero con Samsung Health suma otro papel: el de recordarme que con diez minutos bien hechos el día cambia de color. No sustituye a un gimnasio ni pretende serlo; sirve como empuje práctico para moverte más sin complicarte la vida. Y, al final, eso es lo que estaba buscando.
Imágenes | Dall-E con edición, Samsung
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