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El nuevo Fan Edition llega con un chip distinto al de sus hermanos. Es la clave de cómo encaja en la familia S25

  • El Galaxy S25 FE lleva con el Exynos 2400

  • Un procesador diseñado por Samsung que lo distingue claramente del resto de los S25

S25 FE
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Manuel Naranjo

Editor

El apellido ”FE” siempre genera debate en la gama Galaxy S. No es sólo un modelo más barato, también suele traer ajustes en componentes clave. En el caso del Galaxy S25 FE, toda la conversación gira en torno a su procesador, que es lo que realmente lo diferencia del S25, el S25+ y, sobre todo, del S25 Ultra. Entender qué chip lleva y qué aporta respecto a sus hermanos mayores es clave para saber a quién va dirigido este teléfono.

El corazón del S25 FE: un chip distinto, pero no por ello limitado

Samsung ha optado por un Exynos 2400 adaptado específicamente para el S25 FE en buena parte de los mercados, mientras que en los S25 y S25+ se combinan variantes de Snapdragon 8 Elite Gen 2 o Exynos tope de gama según región. El Ultra, como era de esperar, se queda con la mejor versión del Snapdragon, exprimida al máximo en potencia gráfica y en inteligencia artificial.

Esto significa que el FE no juega en la misma liga bruta de rendimiento, pero tampoco se queda corto: está optimizado para ofrecer estabilidad térmica, eficiencia energética y autonomía mejorada, puntos donde incluso puede sacar ventaja frente a sus hermanos más ambiciosos.

S25 FE

Menos músculo, más equilibrio

Si ponemos los números en una tabla de benchmarks, el Ultra gana de largo en GPU y en procesos intensivos como edición de vídeo 8K o juegos con gráficos al máximo. Sin embargo, el FE juega otra partida: consumo más bajo, menos calentamiento en sesiones largas y un rendimiento sostenido más estable.

Esto se traduce en algo muy tangible: mientras un Ultra puede perder frames en juegos pesados tras varios minutos por gestión térmica, el FE mantiene un ritmo constante, aunque con gráficos algo más ajustados.

Ventajas en el día a día: cuando la eficiencia pesa más que la potencia

El usuario medio no va a estar exportando vídeos en 8K ni renderizando modelos 3D desde el móvil. Lo que más se nota en un FE es la fluidez al abrir apps, la rapidez en multitarea y el hecho de que la batería llegue más holgada al final del día.

El chip del S25 FE está pensado para quienes valoran la experiencia general más que los récords de potencia. Gracias a su consumo optimizado, es fácil sacarle una o dos horas extra de pantalla respecto al S25 normal, algo que para muchos vale más que tener unos FPS más en un juego que rara vez exprimimos.

S25 FE

Inteligencia artificial y conectividad, sin quedarse atrás

Otro aspecto importante: el procesador del S25 FE conserva las funciones de IA generativa que Samsung integra en toda la gama S25 con One UI 8. Traducciones instantáneas, edición fotográfica con ayuda de IA o resúmenes de texto están presentes también aquí, aunque con un rendimiento algo menos fulgurante que en el Ultra.

En conectividad tampoco hay concesiones: 5G, WiFi 7 y Bluetooth de última generación están incluidos, de modo que el recorte está en la potencia bruta, no en la experiencia de uso.

La estrategia de Samsung: un FE más sensato que aspiracional

El movimiento tiene sentido: ofrecer un chip menos agresivo permite a Samsung ajustar el precio sin renunciar a las funciones estrella. Al mismo tiempo, amplía la autonomía y asegura que el móvil no se caliente tanto en uso intensivo.

En cierto modo, el S25 FE recuerda que no todo el mundo necesita la máquina más bestia. La ventaja del FE está en ser más eficiente, más equilibrado y más asequible, manteniendo el mismo ecosistema Galaxy y el soporte de actualizaciones que caracteriza a la serie.

Comparado con el resto de la gama, es el menos potente sobre el papel, pero el más racional para quienes quieren un Galaxy de última generación que aguante el día entero sin renunciar a la fluidez ni al ecosistema completo de Samsung.

En definitiva, frente a la potencia desbordada del Ultra o el equilibrio del S25+, el S25 FE encuentra su ventaja en la eficiencia. Y esa, para muchos usuarios, es la diferencia que realmente importa.

Imágenes | Samsung

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