Elegir un electrodoméstico no solo implica fijarse en el precio o el diseño. Uno de los factores más importantes, y a menudo ignorado, es la etiqueta energética, un indicador clave del consumo y la eficiencia de cada aparato. Saber interpretarla correctamente puede ayudarte a ahorrar cientos de euros en la factura de la luz y a reducir tu impacto ambiental.
Sabemos que esto pasa con muchos electrodomésticos. Ahora, por ejemplo, es frecuente que muchas personas no enciendan tanto el aire acondicionado (o lo hagan con miedo) porque no conocen realmente el impacto económico que puede tener. Siendo este algo no tan grave como parece.
¿Qué es la etiqueta energética?

La etiqueta energética europea es un sistema estandarizado que clasifica los electrodomésticos según su eficiencia energética. Desde 2021, el etiquetado fue actualizado para simplificar su lectura: se eliminan las antiguas clases A+, A++ y A+++ y se vuelve a una escala de la A a la G, donde:
- A (verde oscuro) indica la mayor eficiencia.
- G (rojo) representa el mayor consumo energético.
Esto hace más clara la comparación entre modelos y deja espacio para la innovación futura, ya que los aparatos más eficientes tendrán que esforzarse aún más para alcanzar la categoría A.
¿Qué información contiene?
Además de la letra de eficiencia energética, la etiqueta incluye otros datos importantes que varían según el tipo de electrodoméstico. Algunos ejemplos comunes:
- Consumo anual de energía (en kWh).
- Capacidad o volumen útil (litros o kilos).
- Ruido emitido (decibelios, dB).
- Consumo de agua por ciclo (en lavavajillas o lavadoras).
Por ejemplo, en una lavadora encontrarás datos como la eficiencia del centrifugado, duración del ciclo estándar, carga máxima y nivel de ruido.
¿Cómo comparar aparatos con la etiqueta?
A la hora de comprar, no basta con mirar solo la letra. Es importante valorar el consumo energético en relación con la capacidad del aparato. Un frigorífico de gran tamaño puede tener un consumo más alto, pero ser eficiente si su etiqueta es A o B.
Recomendaciones prácticas
- Apunta a la letra más alta posible, al menos A, B o C.
- Consulta el consumo anual (kWh) y compáralo con el de otros modelos similares.
- Ten en cuenta el ruido, especialmente en electrodomésticos como lavadoras o lavavajillas.
- No te fíes solo del precio inicial: la eficiencia energética puede marcar la diferencia en el coste total de uso.
Invertir en electrodomésticos eficientes no solo es una cuestión de ahorro económico. En la mayoría de ocasiones, marcas como Samsung respaldan esta eficiencia con tecnologías desarrolladas especialmente para reducir el consumo tanto económico como energético. Como sucede con sus lavadoras EcoBubble.
También estás contribuyendo a un modelo de consumo más sostenible y ayudando a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Una elección informada hoy puede marcar la diferencia para tu bolsillo… y para el planeta.
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