Esta app lleva el minimalismo a tu bolsillo: con ella, tu móvil vuelve a lo básico y se vuelve (casi) "tonto"

Hay momentos en los que el móvil parece más un enemigo que un aliado. Entras a WhatsApp para responder un mensaje o utilizando la nueva función de hilos y acabas saltando a Twitter, Instagram o cualquier otra app que no tenías pensado abrir. 

El tiempo se va, la concentración se rompe y lo importante se diluye. Yo me harté de esa dinámica y decidí probar algo distinto: convertir mi Samsung Galaxy en un teléfono mucho más simple, útil para llamadas, mensajes o mapas, pero sin esa avalancha constante de estímulos.

Lo bueno es que no hace falta comprar un “móvil tonto” como los de antes. Se puede conseguir en cualquier Galaxy con un cambio muy concreto: instalar un lanzador minimalista que rediseña por completo la pantalla de inicio.

Una interfaz que baja el volumen

El secreto está en Minimalist Phone, un launcher que se puede descargar en la Galaxy Store. Tiene un precio de 5 dólares al mes, pero con una prueba gratuita de siete días que es suficiente para comprobar si encaja. No elimina nada del sistema ni borra apps: simplemente les da otra cara.

Al activarlo, la pantalla principal cambia radicalmente: fondo oscuro, tipografía clara y un entorno limpio en el que sólo aparece lo esencial. No hay iconos de colores ni widgets que reclaman atención. Navegar se vuelve más intencional: un gesto hacia arriba abre un buscador, hacia abajo muestra notificaciones en bloque y hacia la izquierda aparece la lista de apps en formato texto.

Poner límites de forma práctica

Minimalist Phone permite anclar las apps más importantes, ocultar las secundarias o incluso bloquear el acceso hasta 30 días. Esta última función es perfecta para cortar por lo sano con redes o juegos que tiendes a abrir por costumbre. Además, incluye un recordatorio de tiempo: una alerta discreta que indica cuánto llevas en una aplicación.

Las notificaciones también se gestionan mejor. Puedes filtrarlas para que sólo aparezcan las que de verdad importan o agruparlas en lotes y revisarlas de golpe. Así evitas el goteo continuo que convierte el móvil en una alarma perpetua.

Mi experiencia tras probarlo

Durante varios días configuré mi Galaxy de forma casi espartana. En la pantalla de inicio sólo dejé tres accesos: Teléfono, Mensajes y Mapas. El correo y la banca los mantuve disponibles en la lista, pero sin tentaciones a la vista. Las redes quedaron ocultas y bloqueé un par de ellas durante un mes. El resultado fue inmediato: abría el móvil, hacía lo que necesitaba y lo guardaba sin perderme en otros sitios.

Lo curioso es que no dejas de estar conectado. Sigues recibiendo llamadas (incluso aquellas que molestan) o mensajes, puedes buscar una dirección o abrir Spotify cuando quieras. Pero la diferencia es que el teléfono deja de interrumpirte y eres tú quien marca el ritmo.

Salir es tan fácil como entrar

Si en algún momento quieres recuperar la experiencia clásica, basta con ir al menú de opciones de la app , tocar en Salir y el Galaxy vuelve a su aspecto original. Todos los iconos y carpetas siguen donde estaban. Es un simple interruptor que puedes encender o apagar según lo necesites.

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Transformar un Galaxy en un móvil más sencillo es cuestión de instalar un launcher y ajustar un par de cosas. No es una vuelta al pasado: es un modo distinto de usar el teléfono, centrado en lo esencial y sin distracciones.

Después de probarlo, la sensación más clara es que el móvil vuelve a estar bajo tu control. Y en un mundo donde todo compite por tu atención, eso ya es mucho.

Imágenes | Manuel Naranjo, Minimalist Phone

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