A veces lo más práctico es también lo más olvidado. En un mundo donde todo pasa por la nube, por el streaming o por apps con mil permisos, lo de enchufar un pendrive al televisor parece casi retro. Pero funciona.
Y cuando lo haces bien, se convierte en una forma sencilla y eficaz de ver tus pelis, tus fotos o incluso tus vídeos del trabajo directamente en pantalla grande, sin complicaciones. Eso sí, hay una condición: que el pendrive (o el disco duro) esté en el formato correcto. Y aquí es donde la cosa se suele torcer si no lo sabes de antemano.
Qué necesitas (y qué no) para conectar un USB a tu televisor Samsung
Los Smart TV de Samsung llevan años incorporando varios puertos USB. Normalmente, están en la parte trasera, a veces escondidos entre otras entradas HDMI y de red, pero ahí están.
Sólo necesitas un pendrive normal o un disco duro externo, y conectarlo. Ni adaptadores ni cables especiales. Eso sí: si usas un disco duro que no tiene alimentación propia, es posible que no lo detecte, especialmente en modelos más antiguos o con puertos USB limitados en potencia.
Lo habitual es que, en cuanto conectes el USB, el televisor lo detecte al momento y muestre una notificación. Si no, basta con ir al menú de fuentes y seleccionar el dispositivo manualmente. Nada complicado, pero a veces no aparece nada… y ahí es donde entra la importancia del formato.
FAT32 o exFAT: los únicos que no dan problemas
Aquí no hay mucha vuelta de hoja: si el USB está en NTFS (el formato más habitual en Windows), lo más probable es que el televisor lo detecte a medias o ni lo lea. Y si lo hace, puede que sólo deje ver los archivos, pero no reproducirlos. Para evitar líos, lo mejor es formatear el pendrive en FAT32 o exFAT.
FAT32 es el más antiguo, pero también el más compatible. La pega es que no permite archivos de más de 4 GB, así que si tienes películas pesadas, es mejor ir a por exFAT, que no tiene esa limitación y también funciona sin problemas en los televisores Samsung.
Puedes cambiar el formato desde el ordenador, en pocos pasos. Pero cuidado: al formatear se borra todo, así que conviene hacer copia de seguridad antes si no quieres perder nada.

Qué puedes hacer con el pendrive ya conectado
Una vez tienes el pendrive listo y el televisor lo ha reconocido, puedes explorar carpetas, reproducir vídeos, ver fotos, escuchar música o lo que tengas guardado. El sistema suele detectar formatos como MP4, AVI, MKV, MP3 o JPG sin mayor problema, aunque siempre conviene evitar formatos muy raros o poco estándar.
La experiencia es muy directa: eliges archivo, le das al play y ya está. Puedes adelantar, pausar, avanzar por carpetas… como si fuera Netflix, pero con tu propio contenido. Y si lo usas para presentaciones, vídeos de viajes o simplemente para llevarte pelis a casa de alguien, te soluciona más de lo que parece.
En tiempos donde todo se conecta, se actualiza y se sincroniza, hay algo muy liberador en lo de enchufar un pendrive y que funcione sin más. Ni anuncios, ni inicios de sesión, ni tener que andar buscando el archivo en la nube. Solo tú, tu contenido y tu televisor.
Imágenes | Xataka
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