Manuel Naranjo
EditorA veces no hace falta cambiar todos los muebles para que el salón respire distinto. Basta con que algo encaje, literalmente, como si siempre hubiera estado ahí. Eso es lo que pasa con los televisores AirSlim de Samsung. No llenan el espacio, lo acompañan. Y ahí está la diferencia.
AirSlim: discreto y sobre todo fino
Lo primero que llama la atención no es lo que se ve, sino lo que no se nota. El perfil de los televisores AirSlim de Samsung es tan delgado que incluso llega a sorprender. No hay marcos que molesten ni estructuras que interrumpan. Sólo una pantalla limpia que parece adaptarse al ambiente sin robarle protagonismo.
Esa delgadez, lejos de ser sólo estética, aporta una sensación de orden. Da igual si el salón es grande o pequeño: el televisor no abruma, no ocupa más de la cuenta. Se funde con lo que hay, como una pieza más del mobiliario.
Hay que tener claro que, a pesar del enfoque en el diseño, Samsung no ha dejado de lado lo importante: la imagen. Los televisores AirSlim ofrecen una calidad visual que se disfruta desde el primer momento. Los colores son vivos, los detalles están cuidados y el contraste es de calidad. Es decir, a lo que Samsung nos tiene acostumbrados.
Además, puedes ajustar el fondo de pantalla o activar el Modo Ambiente para que, incluso apagado, siga formando parte del entorno.
Televisores perfectos para colgar en la pared
Otro punto fuerte es lo fácil que resulta colgarlo. El soporte Slim Fit viene pensado para que no haga falta ser un experto ni llamar a nadie (como todos los soportes que tiene Samsung). El televisor queda bien pegado a la pared, sin ese hueco feo que dejan otros modelos. Y una vez está en su sitio, parece que siempre ha estado ahí.
En la caja viene todo lo necesario y el montaje no requiere mucho más que un poco de paciencia y un par de manos para sujetarlo. Nada de líos ni tornillos de más.
Los cables bien ordenados
Después de colgar el televisor, llega ese momento en el que toca lidiar con los cables. Pero en este caso, Samsung se ha adelantado al problema. Gracias al sistema One Connect, todo queda más recogido y ordenado.
En lugar de tener varias conexiones saliendo por detrás del aparato se concentran en una cajita aparte que puedes colocar donde mejor te venga: en un estante, dentro de un mueble o escondida junto al resto de los dispositivos.
De esa caja sale un único cable, muy delgado, que es el que se conecta directamente al televisor. Así, todo el entorno queda despejado, sin ese enredo de cables que suele estropear el conjunto.
Además de mejorar la estética, resulta mucho más práctico: si necesitas enchufar o mover algo, no tendrás que rebuscar detrás del televisor como si fuera un trastero.
Con esta gama, Samsung ha dado en el clavo: ha logrado que el televisor deje de ser un objeto que molesta cuando no se usa y se convierta en un elemento útil, bonito y fácil de integrar.
Al final, lo que todos queremos en casa es que las cosas estén donde deben estar, que funcionen bien y que no den problemas. Y este tipo de televisores lo consiguen. No hace falta que brille más que el resto de la estancia: basta con que encaje.
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