Seguro que alguna vez te ha pasado: estás viendo una serie y justo en una escena clave todo se vuelve tan oscuro que apenas se distingue lo que ocurre. Intentas adivinar gestos, seguir los diálogos, pero la imagen no ayuda. Y, curiosamente, más adelante aparece una escena tan iluminada que los blancos casi te deslumbran.
La buena noticia es que existe una solución que mejora este tipo de situaciones: el HDR. Más concretamente, el HDR10+, una tecnología que Samsung ha sabido integrar como una de sus señas de identidad.
Cuando la imagen deja de ser plana
Hasta hace no tanto, la mayoría de los televisores mostraban las imágenes con lo que se conoce como rango dinámico estándar. Dicho de otra forma: un brillo y un contraste limitados, pensados para salir del paso. Pero claro, eso implica que se pierdan muchos detalles, especialmente en escenas con luces fuertes o sombras profundas, en las que los negros y los blancos pueden llegar a verse empastados, sin llegar a tener detalle alguno.
El HDR (alto rango dinámico) viene a corregir precisamente eso. Aporta más profundidad, más detalle en los extremos (en lo muy oscuro y en lo muy claro) y, sobre todo, una sensación más cercana a cómo vemos el mundo con nuestros propios ojos. Pero no todos los HDR son iguales.
Qué diferencia realmente al HDR10+ del resto
Aquí es donde entra en juego HDR10+, una versión avanzada que adapta la imagen según lo que ocurre en pantalla. No se limita a aplicar un mismo ajuste de brillo y color durante toda la película, como hacen otros formatos. Al contrario: analiza cada escena, y a veces incluso cada fotograma, ajustando sobre la marcha.
Eso se traduce en imágenes mucho más equilibradas. Una escena de noche no será un manchón negro sin forma y una escena con sol no parecerá sacada de una postal sobreexpuesta. El televisor va ajustando los parámetros de forma dinámica. El resultado se nota sin tener que ser un experto en tecnología.

Por qué Samsung apuesta tan fuerte por el HDR10+
Samsung lleva años incorporando HDR10+ en buena parte de sus televisores, desde los modelos premium como los OLED o los QLED hasta gamas más accesibles.
Y lo hace porque es una tecnología que realmente marca la diferencia en la experiencia del espectador. No es algo que necesite configuraciones complicadas ni menús técnicos. Simplemente, enciendes la tele, eliges una película compatible y la mejora está ahí.
Además, muchos de sus modelos actuales también incorporan sensores de luz que permiten adaptar la imagen al entorno. Así que si estás viendo algo por la noche con la luz apagada, el televisor ajustará automáticamente el brillo para que no se te quemen los ojos.
Hay mucho contenido disponible
Hace algún tiempo, encontrar contenido en HDR10+ era más complicado. Pero eso ha cambiado. Cada vez más plataformas incluyen películas, series e incluso documentales optimizados para este formato. Y no hablo sólo de grandes producciones: también hay contenido de televisión, deportes y hasta videojuegos que aprovechan esta tecnología.
No todo se reduce a tener más pulgadas o más resolución. A veces, lo que realmente cambia la experiencia de ver una película es cómo se muestra la luz, cómo se sienten los colores y si el contraste acompaña o molesta. El HDR10+ es, a día de hoy, una de las tecnologías que más contribuyen a que una imagen se vea cómo debe verse.
Imágenes | Xataka con edición
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