Hay elementos que, sin quererlo, acaban marcando el estilo de una habitación. Y el televisor es uno de ellos. A lo largo de los años he probado varias formas de colocarlo y puedo decirte que, con cada cambio, el salón parecía otro.
Al principio lo dejé sobre un aparador, luego me animé a fijarlo en la pared y, más tarde, me lancé a integrarlo en un mueble más específico. No es sólo una cuestión de estética: dependiendo de cómo lo coloques, cambian la comodidad, la sensación de orden e incluso la forma en que usas el espacio.
Colgarlo en la pared: limpio y moderno
Una pantalla colgada en la pared da una sensación de amplitud increíble. Es como si flotara. El salón se ve más despejado y todo parece más actual.
La primera vez que lo intenté, no me atrevía a hacerlo sólo. Entre encontrar el soporte adecuado, asegurarme de que la pared aguantaba y esconder los cables sin que quedase feo… acabé pidiendo ayuda.
Menos mal que los soportes que tienen las televisiones de Samsung son fáciles de colocar y se adaptan a la perfección. El resultado compensa: la tele queda perfecta, el suelo libre y si te gusta ese aire moderno es una muy buena opción.
Sobre un mueble: fácil de mover y siempre funcional
Colocar el televisor sobre un mueble bajo tiene sus ventajas. Es práctico, no necesitas herramientas ni agujeros y puedes cambiarlo de sitio si te cansas de verlo siempre igual.
Eso sí, hay que tener en cuenta detalles que, al principio, parecen tonterías. Yo estuve un tiempo con un mueble demasiado bajo y acabé con el cuello fatal cada vez que me sentaba a ver una serie.
Al final encontré uno con la altura justa y espacio para consolas, mandos y demás, y fue un cambio a mejor. No es lo más minimalista, pero es cómodo y versátil.

Un acabado más pulido, pero exige pensar
Si buscas algo más estético, integrar la tele dentro de un sistema modular puede ser la solución. Eso sí, no es algo que se pueda improvisar. Hay que tener en cuenta por dónde pasarán los cables, que haya buena ventilación y que el acceso a los conectores no sea un engorro (Samsung te ofrece One Connect para eso). Yo lo hice una vez y, aunque el resultado quedó de revista, reconozco que lleva su tiempo y algo de asesoramiento.
Después de probar todas las opciones, me he dado cuenta de que lo esencial no es sólo cómo se ve, sino cómo se vive. Una buena elección se nota en lo fácil que es de limpiar, en no tener que pelearte con los cables o en poder conectar algo sin mover medio salón. En definitiva, se trata de crear un espacio donde estés realmente a gusto.
Imágenes | FreePik AI
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