El teclado de tu portátil es un nido de gérmenes pero con estos sencillos trucos puedes dejarlo como nuevo con poco esfuerzo

Piénsalo un momento: pasamos horas frente al ordenador, escribiendo correos, trabajando, jugando... y rara vez nos acordamos de algo tan básico como limpiar el teclado. Sí, ese mismo que tocas con las manos que antes sujetaban un bocata, el móvil o que simplemente arrastran la grasa natural de la piel.

El resultado: teclas sucias, polvo entre las letras y un aspecto poco cuidado. Pero tranquilo, que no hace falta ser un manitas para dejarlo como los chorros del oro. Te contamos cómo hacerlo para dejarlo como nuevo.

Por qué deberías limpiar el teclado (aunque te dé pereza)

Nuestro portátil Samsung, como podría ser el Galaxy Book4 Ultra que tengo yo, es una parte inseparable de nuestra rutina. Y como todo lo que usamos a diario, se ensucia. Lo del teclado es otro nivel. Entre el polvo que se cuela sin avisar, la grasa que dejan los dedos, alguna que otra miga de comida y las huellas de mil batallas, se va formando una capa de suciedad que ni notas hasta que un día miras de cerca y te sorprendes.

Más allá de lo feo que queda, toda esa suciedad termina por afectar cómo responde y no es raro que pueda incluso fallar alguna tecla.

El problema es que mucha gente pasa de limpiarlo, ya sea porque no sabe por dónde empezar o porque piensa que va a liarla y cargarse algo. Pero en realidad, con algunos de trucos sencillos y sin hacer malabares, se puede dejar el teclado bien limpio y funcionando como el primer día.

Así puedes dejar el teclado de tu Samsung como cuando lo estrenaste

Antes de empezar, asegúrate de apagar el ordenador. Lo último que quieres es pulsar algo sin querer mientras lo limpias. Una vez hecho esto, dale la vuelta al portátil y, como muchísimo cuidado, sacúdelo muy ligeramente. Verás cómo caen migas, polvo y demás "sorpresas".

Ahora coge un bote de aire a presión (los venden en cualquier tienda de informática o incluso en Amazon) y aplícalo entre las teclas. Hazlo con movimientos cortos y precisos. Esto ayudará a sacar la suciedad que se esconde en los rincones.

Para limpiarlo aún mejor, mezcla un poco de agua tibia con alcohol isopropílico (o algún líquido desinfectante suave) en un recipiente. Humedece un paño de microfibra con esa solución (sólo humedecer, no empapar, esto es muy importante) y pásalo por la superficie del teclado. Así eliminarás las huellas y la grasa más evidente sin dañar el material.

Para dejarlo perfecto, moja muy ligeramente un bastoncillo de algodón en la misma mezcla y pásalo por los huecos entre las teclas. Esta parte requiere un poco más de paciencia, pero es muy efectiva para eliminar la grasa acumulada y los restos que se resisten.

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Tener el teclado limpio no es sólo una cuestión de estética, también se nota en cómo va todo. Da gusto usar el ordenador cuando las teclas están bien limpias. Y lo mejor es que no hace falta gastarse un dineral ni ser un experto: con un poco de maña, algo de tiempo y los utensilios adecuados, lo dejas como nuevo.

Imágenes | Xataka

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