Durante semanas, mi lavadora parecía ir por libre. Yo hacía planes pero siempre encontraba una forma de despistarme para que "la dejara en paz". Cada vez que ponía una colada, yo ponía toda mi atención en ello para hacerlo bien: detergente justo, programa elegido, ropa bien repartida… pero siempre se interponía algo.
A veces una llamada, otras una serie que me enganchaba. El caso es que más de una vez me encontraba con la ropa húmeda, arrugada y con ese olor a "se me pasó sacarla". Hasta que descubrí que mi lavadora podía hacer algo tan simple como avisarme cuando acababa: fue un antes y un después.
Un recordatorio a tiempo lo cambia todo
No es que no supiera cuánto dura un lavado. Es que, como muchos, suelo ir a mil cosas a la vez. Y justo por eso, la app SmartThings me vino como anillo al dedo. La activé y desde ese momento, cada vez que el ciclo termina, recibo una notificación directa al móvil que dice: "El ciclo de lavado ha finalizado. ¡Es hora de sacar tu ropa!".
Nada de ruidos que apenas se oyen desde el salón ni de tener que estar mirando el reloj. Simplemente, una alerta como si fuese un mensaje de WhatsApp. Y lo mejor es que puedes configurar cuándo y cómo recibirla. Incluso puedes emparejarla con otros dispositivos, como tu smartwatch, para no tener excusa.
La app SmartThings: el cerebro que necesitaba mi lavadora (y yo)

Hasta ese momento, había usado la lavadora como cualquier electrodoméstico tradicional. Pero resulta que los modelos más recientes de Samsung son compatibles con SmartThings, una app gratuita con la que puedes controlar y recibir avisos de casi todo lo que ocurre en casa.
En la app puedes ver en qué punto del programa está la colada, cuánto le queda, y programarla desde el móvil si te pilla fuera. Pero lo más útil, al menos en mi caso, es ese aviso final. Porque si algo no te recuerda que la ropa está lista, tú simplemente sigues con lo tuyo… hasta que vuelves a acordarte tres horas después.
Adiós a los malos olores y a las arrugas innecesarias
Desde que empecé a recibir estas notificaciones, no he vuelto a dejar la ropa dentro más de unos minutos. Eso se traduce en menos veces teniendo que repetir el enjuague, menos ropa con olor a humedad, y casi nada de arrugas por estar horas hecha un ovillo dentro del tambor.
Además, al estar más pendiente del final del lavado, he empezado a aprovechar mejor funciones como el ciclo rápido, que en media hora deja la ropa lista, o el sistema de vapor que reduce las arrugas. Todo porque ahora me entero justo cuando hay que actuar.
Puede parecer una tontería, pero que la lavadora te avise por sí sola de que ha terminado es una de esas cosas que no sabes cuánto necesitas hasta que lo pruebas. Y, sinceramente, no entiendo cómo no lo activé antes. Porque a veces no hace falta que un electrodoméstico haga magia, sólo que te eche una mano en el momento justo.
Imágenes | Freepik AI
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