Manuel Naranjo
EditorCon las temperaturas disparadas y ese calor que parece no dar tregua, el aire acondicionado se convierte en un salvavidas dentro de casa. Pero una cosa es encenderlo y otra muy distinta es saber usarlo bien.
Porque, aunque no siempre le demos importancia, detalles como la temperatura que elegimos pueden marcar la diferencia entre refrescarse de forma cómoda o pagar una factura de luz que escuece. Y lo peor: puede que incluso afecte a nuestra salud sin que nos demos cuenta.
Lo que recomiendan los expertos sobre la temperatura ideal
Aunque cada casa y cada persona tienen sus manías, los especialistas en climatización llevan tiempo insistiendo en lo mismo: lo más recomendable es mantener el aire acondicionado en torno a los 24 grados durante el verano. Ni más ni menos. A esa temperatura, el cuerpo humano se adapta bien sin experimentar un contraste excesivo con el exterior, el equipo trabaja con menos esfuerzo y, de paso, el consumo energético se mantiene a raya.
¿El problema? Que muchas veces nos pasamos de frenada. Hay quien lo pone a 20 o incluso a 18 grados, pensando que así la casa se enfría antes. Pero lo que consigue es justo lo contrario: disparar el gasto eléctrico y forzar el funcionamiento del aire, algo que a la larga tampoco le viene bien al aparato.
También hemos visto alguna que otra campaña donde se insiste en que poner el aire a 26 grados es una buena forma de ahorrar. Y aunque la intención es acertada, la realidad es que, cuando fuera aprieta de verdad, esa temperatura se queda corta.
El aparato termina funcionando más rato, con lo que el supuesto ahorro se diluye. Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), por cada grado que se baja el termostato, el consumo sube entre un 6 % y un 10 %. Ajustarlo a 24 grados no sólo es más razonable: también ayuda a evitar esos contrastes térmicos tan habituales que, sin darte cuenta, acaban pasándote factura en forma de catarro.
Un aire acondicionado mal usado también puede afectar a tu salud
Cuando la temperatura está demasiado baja, el ambiente se vuelve más seco y las vías respiratorias lo notan. Irritación ocular, garganta reseca o incluso contracturas musculares por el contraste entre el calor del exterior y el frío del interior. Son consecuencias bastante comunes cuando se abusa del aire.
Sin embargo, con un uso equilibrado, el aire acondicionado puede ser una gran ayuda: mejora el descanso nocturno, reduce el riesgo de golpes de calor y permite estar cómodo en casa sin pasar fatigas.
Y no hay que olvidarse de la humedad. Bajar demasiado la temperatura también reduce el nivel de humedad en el aire, y si el sistema de climatización no está bien mantenido, eso puede favorecer la aparición de hongos o bacterias.
Pequeños gestos que suman: cómo mejorar el uso del aire en casa
Hay detalles muy sencillos que, sumados, mejoran mucho la eficiencia y el confort:
- Mantener el aire acondicionado entre 23 y 25 grados (24 es el punto óptimo recomendado).
- No bajar nunca de 22 grados, especialmente si hay niños, mayores o personas con problemas respiratorios.
- Utilizar temporizadores o termostatos inteligentes para evitar que funcione cuando no hace falta.
- Ayudar al aparato con medidas complementarias: bajar persianas en las horas de más sol, ventilar temprano por la mañana, aislar bien puertas y ventanas o usar ventiladores de apoyo.
No se trata de renunciar al confort, sino de encontrar el equilibrio justo: que la casa esté fresca, que el cuerpo no lo note en exceso y que la factura no dé un susto. Porque a veces, subir sólo dos grados puede marcar una diferencia enorme.
Imágenes | Freepik AI
En Territorio S | Perder el mando a distancia del aire acondicionado ya no es un problema. Puedes controlarlo desde el móvil con SmartThings
En Territorio S | Menos ruido y más eficiencia: Samsung ya trabaja para jubilar el gas y el compresor en frigoríficos y aire acondicionado
Ver 0 comentarios