En verano, el aire acondicionado se vuelve uno más de la casa. Te acompaña mientras ves la tele o intentas echarte una siesta sin aguantar de calor. Pero claro, como pasa con todo lo que usamos a diario, también necesita su dosis de atención para seguir al pie del cañón.
Los modelos de Samsung, por ejemplo, están pensados para durar, pero eso no significa que podamos olvidarnos de ellos de un verano a otro. Si queremos que sigan funcionando bien año tras año, hay que cuidarlos un poco. Y todo empieza por algo tan simple como el filtro.
El filtro del aire acondicionado
El filtro no se ve, pero ahí está, trabajando a escondidas. Su misión es atrapar el polvo, el polen, las pelusas y esas pequeñas partículas que flotan sin que las veamos.
Al principio todo va bien, pero si pasan meses sin limpiarlo, se puede empezar a notar. El aire no sale con la misma fuerza, el equipo parece que se esfuerza más y, a veces, hasta puede dejar un olor raro en la habitación.
Samsung sabe que esto es clave, por eso muchos de sus modelos te avisan directamente cuando llega el momento de revisarlo. Aun así, no está de más estar atentos y no dejarlo pasar demasiado.

Cada cuánto conviene limpiarlo (y cómo hacerlo bien)
Si usas el aire acondicionado a diario, aunque tenga el sistema Wind-Free, es una buena costumbre es mirar el filtro cada tres o cuatro semanas. No siempre va a estar sucio, pero si ves que empieza a acumular polvo, mejor limpiarlo cuanto antes.
El proceso es sencillo: apagas el aparato, sacas el filtro con cuidado, lo pasas por agua templada y listo. Nada de productos químicos ni frotar como si fuera una sartén. Luego lo dejas secar bien a la sombra antes de volver a colocarlo. Fácil y rápido.
Los modelos con sistema Easy Filter Plus lo ponen aún más fácil. El filtro se saca por la parte delantera sin necesidad de desmontar nada, y tiene una malla que se limpia en un momento. Ideal para quienes no quieren complicaciones.
También se puede utilizar el sistema de limpieza automática que tienen muchos de los modelos de aire acondicionado de Samsung, algo que resulta muy cómodo y recomendable.
El mantenimiento no termina en el filtro
El filtro es importante, sí, pero no es lo único. La unidad exterior, esa que muchas veces tenemos olvidada en el balcón o en la fachada, también necesita su parte de atención.
Está ahí todo el día expulsando el aire caliente, y si se le acumula polvo, hojas o cualquier cosa que obstruya el paso, el sistema se resiente. Un repaso de vez en cuando con un cepillo o incluso con un soplador hace más de lo que parece.

Y luego están los pequeños detalles: comprobar que los difusores no estén sucios ni atascados o revisar que los conductos de drenaje no estén obstruidos si empieza a gotear más de la cuenta. En algunos modelos de Samsung, acceder al tubo de drenaje es bastante fácil, y limpiarlo puede evitarte una visita al servicio técnico.
Por último, aunque no lo veamos, el gas refrigerante también juega su papel. Si el aire ya no enfría como antes, puede que toque llamar a un técnico para revisar si hay alguna fuga o si los niveles han bajado. No es algo que haya que hacer cada dos por tres, pero sí conviene tenerlo en mente.
Al final, cuidar tu aire acondicionado no es complicado. Con un poco de atención cada cierto tiempo, lo tienes funcionando como el primer día durante muchos veranos. Y eso, cuando aprieta el calor, se agradece.
Imágenes | Dall-E, Freepik AI
En Territorio S | Siempre tenía el mismo problema con el aire acondicionado cuando llegaba el buen tiempo. Así lo he solucionado
En Territorio S | Perder el mando a distancia del aire acondicionado ya no es un problema. Puedes controlarlo desde el móvil con SmartThings
Ver 0 comentarios