Durante años, Spotify prometió el salto al audio sin pérdidas y siempre lo fue retrasando. Ahora, por fin, la función empieza a llegar a los usuarios Premium, primero en septiembre y de forma progresiva hasta octubre.
Lo hace de manera silenciosa, con avisos dentro de la app, pero con una decisión que cambia el tablero: no habrá suplemento ni plan paralelo. El Lossless se integra en la suscripción Premium, acabando con los rumores de una modalidad “Pro” con coste extra.
Un catálogo casi completo en calidad superior
La compañía asegura que la mayor parte de su biblioteca adoptará este formato. En la práctica, eso significa que no hablamos de unos pocos discos escogidos, sino de la música que escuchamos cada día.
Para identificarlo, aparecerá un indicador “Lossless” en la pantalla de reproducción y en el selector de dispositivos. Y no se limita al móvil: también estará en escritorio, tablets y equipos compatibles con Spotify Connect.
La cifra oficial es clara: archivos FLAC hasta 24 bits/44,1 kHz. Es decir, por encima de la calidad de CD y en la frontera del audio en alta resolución. No es lo más extremo que ofrecen algunos rivales en parte de su catálogo, pero sí un paso importante frente a la compresión con pérdidas habitual.
Aquí aparece la advertencia principal: Bluetooth sigue siendo un cuello de botella. La propia Spotify lo admite: hoy, la transmisión inalámbrica no garantiza Lossless real.
Para sacarle partido, conviene recurrir a conexiones por WiFi, a un DAC conectado o a auriculares y altavoces por cable. Eso sí, dentro de la app se mantiene la elección manual de calidad: Baja, Normal, Alta, Muy Alta y ahora Lossless, un escalón adicional.
Movimiento obligado frente a la competencia

Spotify no podía retrasarlo más. Apple Music y otros servicios llevan tiempo ofreciendo audio sin pérdidas, y eso había empujado a usuarios exigentes a mirar fuera. Incluirlo en Premium sin coste adicional es una jugada defensiva, pero también un mensaje: la plataforma quiere que sigas aquí no sólo por sus algoritmos y listas, también por la calidad del sonido.
La función se va a ir activando por fases. Al usuario, sin embargo, la experiencia le resultará transparente: abrir la app, elegir disco y reproducir. Verás el sello Lossless cuando el archivo cumpla y podrás bajar la calidad si no quieres gastar datos en movilidad.
Después de tanto retraso, la compañía cumple: sin cobrar más y con un estándar sólido. No es una revolución instantánea: en el coche con Bluetooth básico apenas notarás diferencia, pero en casa, con un sistema que acompañe, la música suena más abierta y más natural.
En el fondo, el cambio es importante porque cierra un debate: Spotify deja de ser “el servicio que aún no tiene Lossless” para convertirse en uno que lo ofrece de forma integrada.
Imágenes | Perplexity con edición
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