Comprar una Smart TV reacondicionada es una gran opción para ahorrar. Esto es lo que hay que mirar para no meter la pata

Un televisor reacondicionado es uno que fue devuelto por motivos como un embalaje dañado, una pequeña marca o una devolución dentro del plazo legal

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Manuel Naranjo

Editor

Cambiar de tele no siempre sale barato. Menos aún cuando lo que buscas es algo un modelo de gran calidad o de gama alta que te dure años. Por eso, cada vez más gente con buen ojo empieza a valorar una opción a la que antes no se le prestaba demasiada atención: los modelos reacondicionados. Y si encima el que tienes en el punto de mira es un Samsung, la cosa pinta todavía mejor. Porque a pagar menos no tiene por qué significar conformarse con menos.

Puede que no tenga la caja impecable ni ese aire de recién salida del almacén, y probablemente alguien ya lo tuvo en casa antes que tú. Pero eso no la convierte en una mala opción, ni mucho menos. En realidad, cuando lo enciendes y ves cómo se comporta, te das cuenta de que lo importante (la calidad de imagen, el sonido, la fluidez del sistema) sigue estando ahí. Lo que realmente cambia, y para bien, es lo que te ahorras al comprarla.

Qué significa exactamente que un televisor sea reacondicionado

Cuando hablamos de un televisor reacondicionado, no nos referimos a uno usado de segunda mano comprado por Wallapop. En este caso, se trata de televisores que han sido devueltos por distintos motivos: desde un embalaje dañado hasta una pequeña tara estética o incluso devoluciones de clientes dentro del plazo de desistimiento.

Una vez devueltos, estos dispositivos se revisan, se reparan si hace falta y se dejan como nuevos para volver a venderse. Eso sí, con su etiqueta correspondiente y un precio ajustado.

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Lo que deberías revisar antes de comprar

Aunque la idea de pagar menos por el mismo producto suene tentadora, hay ciertos detalles que conviene revisar con calma.

  • Origen y garantía: lo ideal es comprar directamente a través de tiendas de confianza. Muchos modelos reacondicionados ofrecen entre 1 y 2 años de garantía, aunque no siempre es igual a la de un producto nuevo.
  • Estado estético: algunos reacondicionados pueden tener pequeños desperfectos (arañazos mínimos o marcas casi imperceptibles). Si eso te incomoda, asegúrate de que la web donde lo compres especifique bien el grado de reacondicionamiento.
  • Accesorios y embalaje: puede que el mando, los cables o incluso el embalaje original de cartón no vengan incluidos. Es algo que debes tener en cuenta, sobre todo si lo quieres como si fuese nuevo.
  • Modelo y año: antes de lanzarte, revisa si ese modelo sigue recibiendo actualizaciones o si está ya algo desfasado. Aunque el precio sea tentador, no compres sólo por eso.
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Entonces, ¿merece la pena?

La respuesta, como casi todo en tecnología, es que depende del caso. Pero si buscas una tele Samsung con buena calidad de imagen, un sonido a la altura y funciones Smart sin pagar el total del precio oficial, un modelo reacondicionado puede ser una jugada muy inteligente. Especialmente si manejas un presupuesto ajustado y prefieres invertir en una marca fiable.

Eso sí, como con cualquier compra con letra pequeña, tómate tiempo para mirar bien dónde lo compras, qué incluye y qué garantía ofrece. Porque cuando se hace bien, comprar reacondicionado no es un riesgo: es una forma de aprovechar lo que otros han devuelto, pero que todavía tiene mucho que ofrecer.

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