Puede que no lo sepas, pero hay algo en tu televisor que está haciendo más por tus partidas que muchas consolas o accesorios externos. Es una función que se nota cuando te metes en un juego rápido, cuando giras de golpe en una curva, cuando el escenario se mueve a toda velocidad. Ese "algo" se llama Motion Xcelerator Turbo Pro y está trabajando para ti sin hacer ruido.
Lo interesante es que no tienes que ser un jugador profesional ni configurar mil parámetros para notar la diferencia. Sólo tienes que sentarte, encender la consola o el PC y jugar. El resto lo hace él. Y lo hace bien.
Más fluidez, menos lío
Uno de los puntos fuertes de esta tecnología es cómo gestiona la frecuencia con la que se actualiza la imagen en pantalla. En términos técnicos, hablamos de tasas de refresco y en este caso pueden llegar hasta 144 Hz en resolución 4K. Pero lo que de verdad importa es lo que eso significa para ti: movimientos más suaves, acciones más inmediatas y una sensación de control que engancha.
Es como pasar de conducir un coche automático básico a uno que responde con sólo rozar el pedal. Todo fluye. En juegos tipo FIFA, Call of Duty o cualquier título de coches, el cambio es tan claro que cuando vuelves a una tele sin esta función, lo notas al instante.

Cuando la imagen no se rompe (aunque el juego vaya al límite)
A veces, cuando el juego va más rápido de lo que la tele puede mostrar, se produce un efecto molesto llamado tearing. Básicamente, es como si la pantalla se dividiera y vieras una parte del frame anterior junto al nuevo. Muy molesto. Aquí es donde entra en juego otra parte del Motion Xcelerator Turbo Pro: la sincronización adaptativa.
En modelos de Samsung compatibles, esta función se combina con AMD FreeSync Premium Pro, que ajusta automáticamente la frecuencia del panel a lo que necesita el juego en cada momento. Así, evitas cortes, saltos raros o parpadeos. Incluso si el juego no va siempre a la misma velocidad, la tele se adapta. Y tú, ni te enteras.

¿Consola o PC? Da igual
Aunque esta tecnología tiene un nombre que suena a periférico de PC, no hace falta tener una torre de 2.000 euros para sacarle partido. Si juegas con una PS5 o una Xbox Series X, por ejemplo, ya estás aprovechando parte del potencial del Motion Xcelerator Turbo Pro. Gracias a HDMI 2.1 y al modo de baja latencia automática, el televisor detecta cuándo estás en modo juego y activa los ajustes óptimos sin que tengas que tocar nada.
Y si eres de los que se pasan al PC de vez en cuando, vas a notar que la diferencia se mantiene. Se trata, simplemente, de que la pantalla se pone a la altura de lo que pides sin interponerse.
En resumen, esta tecnología no te promete una revolución, pero sí una mejora real y tangible. No te cambia el juego, pero sí cómo lo vives. Es como tener a alguien afinando los instrumentos antes de cada concierto. No se ve, pero se nota. Y eso, cuando llevas un rato jugando, lo agradeces. Mucho.
Imágenes | Samsung, Freepik AI
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