Poner una lavadora es de esas rutinas que haces casi sin pensar: separar colores, meter el cesto, un poco de detergente y a seguir con el día. Lo que no solemos ver es lo que ocurre después del aclarado, cuando parte de las prendas sintéticas suelta microfibras que acaban en el agua.
Con mi lavadora Samsung me topé con un programa pensado justamente para eso, Less Microfiber Cycle, y desde entonces lo tengo integrado en la semana como quien decide bajar por las escaleras en vez de coger el ascensor.
Por qué me interesé por este ciclo
Mi hija usa ropa técnica para entrenar y, con el paso del tiempo, noté que algunas camisetas perdían “vida” antes de la cuenta. Buscando cómo alargarles la carrera, di con un dato que me hizo clic: los lavados son una fuente importante de microfibras en ríos y mares. No es algo que se vea, pero está ahí. Decidí probar el ciclo que Samsung incluye para reducir esa liberación y, de paso, mimar un poco los tejidos.

Qué hace diferente el Less Microfiber Cycle
La clave está en cómo se mueve el tambor y en cómo se gestiona el agua. Este programa cambia el ritmo de los giros y evita los “latigazos” típicos de los ciclos rápidos.
Los movimientos son más suaves y constantes, con pausas calculadas que reducen el roce entre prendas. También ajusta la temperatura para que limpie bien sin castigar la fibra, y usa la cantidad justa de agua para amortiguar el golpeo dentro del tambor.
A nivel práctico, lo notas en que el ciclo es algo más largo que uno estándar, pero la ropa sale menos castigada (aunque sigue habiendo prendas que es mejor lavar a mano). Desde la primera semana lo adopté para la colada “difícil”: camisetas de poliéster, leggings, sudaderas con mezcla acrílica o cualquier prenda con etiqueta de tejido técnico. No busco milagros, sólo que me duren más y que el lavado sea más amable con el entorno.
Cómo lo integro en mi rutina
Tengo dos reglas sencillas. La primera: si la colada lleva prendas sintéticas, cae Less Microfiber. La segunda: detergente contenido. Este tipo de tejidos no necesita espuma de más, y el exceso complica el aclarado.
Cuando puedo, añado una bolsa para prendas delicadas; no es imprescindible, pero ayuda a reducir todavía más el roce. Con esa combinación, las camisetas mantienen mejor la forma y el tacto, y los colores no se apagan tan pronto.
Beneficios que he notado en casa
Más allá del discurso ambiental, hay efectos muy “de andar por casa”. Menos bolitas, menos hilos sueltos en la ropa de gym y una sensación general de que los tejidos llegan más frescos al final de la temporada.
También me ha servido para los forros polares y los plumíferos finos: salen esponjosos, sin esa apariencia de aplastados. Al final, si la prenda sufre menos, repites compra más tarde, y eso también cuenta.
Un pequeño gesto que suma
No voy a venderte que un programa de lavadora arregla el planeta, pero sí que ayuda. Reducir la fricción en cada lavado significa soltar menos residuos y prolongar la vida de la ropa. Es un cambio fácil de incorporar, no te obliga a aprenderte nada raro y encaja bien con un uso normal de la lavadora. Yo lo tengo ya como “modo por defecto” para todo lo que no sea algodón puro o toallas.
El Less Microfiber Cycle es uno de esos ajustes que pasan desapercibidos en el panel, pero que marcan la diferencia cuando te acostumbras a usarlos. Lava bien, trata mejor a los tejidos y, de rebote, recorta el impacto invisible de cada colada. Si tu lavadora Samsung lo incluye, dale una oportunidad: es el tipo de hábito que, una vez que lo pruebas, no quitas.
Imágenes | Dall-E con edición
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