He pasado todo el finde jugando a Xbox Game Pass desde mi tele Samsung. Ahora no sé si vender mi Xbox

Samsung tiene algunas de las mejores televisiones para jugar. En su catálogo hay opciones muy interesantes con características que hoy buscan los gamers de todo el mundo, como es el HDMI 2.1. Pero, dentro de todas ellas, hay una que suele pasar por alto y es el hecho de que estas televisiones también se pueden usar para jugar en la nube. Todo sin necesidad de una consola.

Más allá de aprender a configurarlo y a usar el servicio de Xbox Game Pass de forma puntual en la tele, lo cierto es que no le había dado mucho uso en mi tele. La razón es sencilla: tengo una Xbox Series. Como me gusta experimentar y probar, he pasado un finde completo usando solo el servicio en la nube de Microsoft en mi tele Samsung. Puede que ahora mi Xbox ponga rumbo a una app de segunda mano como Wallapop.

¿Es una experiencia tan buena para sustituir a una consola?

Durante los últimos meses, he probado las mejores aplicaciones para jugar en la nube desde el móvil. La experiencia es bastante buena con todas ellas, puesto que al final se trata casi de convertir un teléfono en una consola portátil. Además, jugar en la nube tiene dos ventajas intrínsecas: no importa el hardware (puesto que el juego no se ejecuta en el dispositivo) y no necesitas tener una consola o un PC dedicado para jugar.

Ahora traslademos eso a las televisiones. Las de Samsung son compatibles con varios servicios como GeForce Now, pero me centraré en Xbox Game Pass que es el que he probado. Solo necesitamos tres cosas para poder jugar (además de la tele, claro): un mando Bluetooth compatible, conexión a Internet y una suscripción a la modalidad Ultimate de Xbox Game Pass. Como recomendación personal, lo mejor es conectar la tele por cable al router.

Con todo eso, turno de hablar de mi experiencia. No es lo mismo probar un juego cualquiera unos minutos que jugar en una sesión de una hora o más. Tengo que reconocer que me ha sorprendido lo bien que se comporta el servicio, con un juego estable que permite jugar sin demasiado retardo. Aunque, como todo, no es perfecto: he sufrido algún que otro tirón o cuelgue en un fin de semana completo. Nada alarmante.

Probando un juego como Forza Horizon 5, la experiencia es muy fluida. Este juego tiene unos gráficos muy buenos, aunque lo realmente impresionante era la soltura del juego. Todo esto sin un hardware específico en casa que lo ejecute, lo que hace esto muy interesante. Microsoft permite jugar sus juegos sin necesidad de una Xbox y funciona... con una excepción: el juego online.

Quizás es porque mi conexión no es la mejor del mundo, pero cualquier cosa que haya probado online ha empeorado notablemente la calidad del juego. La prueba más evidente es EA Sports FC 25, un título que al jugar contra la CPU funciona bien, pero al probar un partido online la cosa se tuerce sobremanera. Pese a ello, es una pequeña arista que tampoco creo que deba empañar la calidad del servicio.

Va a depender de cada uno, pero a mí ya no me hace falta mi Xbox

Ahora es cuando vienen mis conclusiones. ¿Recomendaría prescindir totalmente de una Xbox a cambio de este servicio en la nube? No hay una respuesta fácil. El juego en un hardware dedicado es, a día de hoy, mejor que cualquier experiencia en la nube. Ahí no hay problemas de retardo o de conexión, por lo que siempre va a ser lo que nos permita jugar más estable. Sin embargo, en mi caso empiezo a ver innecesario tener una Xbox.

Tengo en casa una PlayStation 5 y un PC además de la consola de Microsoft. Realmente, para jugar a los juegos que van añadiendo al Xbox Game Pass, me basta con el servicio en la nube si no me quiero pasar al PC. Soy muy cabezota y no me gusta deshacerme de nada cuando se trata de tecnología, pero sí que estoy seguro de que, desde ahora, no voy a usar tanto mi Xbox. A no ser que quiera jugar online, claro.

Imagen | Samsung

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