Elon Musk confirmó que el nuevo chip AI5 de Tesla se fabricará también en la planta de Samsung en Texas
Elon Musk ha movido pieza y ha dado más aire a Samsung Foundry. El CEO de Tesla confirmó que el próximo chip de inteligencia artificial de la compañía, el AI5, no será cosa de un único proveedor: se fabricará en la planta de Samsung en Taylor (Texas) y en la de TSMC en Arizona. Es una señal poderosa en una industria donde la capacidad y la resiliencia de la cadena pesan tanto como los nanómetros.
Qué ha dicho exactamente Musk (y por qué importa)
En la conferencia de resultados, Musk explicitó el reparto: AI5 se producirá entre Samsung (Taylor) y TSMC (Arizona). La lectura inmediata es clara: Tesla busca diversificar suministro y blindarse ante cuellos de botella mientras acelera su hoja de ruta en IA. Para Samsung, el gesto es un voto de confianza público que la coloca en la misma frase (y en el mismo nodo) que su gran rival.
El contexto: del AI4 al AI6, con un contrato milmillonario de fondo
No es un fogonazo aislado. Samsung ya fabrica el AI4 de Tesla y, este verano, Musk anunció un acuerdo de 16.500 millones de dólares para que la nueva fábrica de Taylor produzca el AI6 durante los próximos años. En paralelo, se situaba a TSMC como responsable inicial de AI5; el matiz de hoy es que ese rol será compartido y con instalaciones en Estados Unidos para ambos. El resultado: equilibrio de poder y menos dependencia de una sola foundry.
Qué gana Samsung: credibilidad, carga de trabajo y narrativa
Para Samsung Foundry, competir en la liga alta exige algo más que promesas tecnológicas: hace falta tracción comercial. Con AI5 y el macrocontrato de AI6, la compañía asegura volumen en una planta (Taylor) que necesitaba anclas de clientes, y sumará experiencia en procesos sub-3 nm con un cliente que presiona al límite en rendimiento y eficiencia. La simetría geográfica (dos fábricas en EE. UU.) también es un argumento a su favor en contratos sensibles a la localización.
Qué gana Tesla: resiliencia y margen para crecer
Para Tesla, el movimiento reduce riesgos operativos: dos proveedores, dos fábricas, un mismo producto. Si uno tropieza, el otro sostiene el ritmo. Además, Musk deslizó que fabricarán más chips de los que necesitan ahora, un modo de preparar terreno para picos de demanda en conducción autónoma, robots y centros de datos propios. Esa holgura planificada es compatible con la ambición de integrar más capacidades de IA dentro de casa.
La letra pequeña: retos técnicos y temporales
El reverso del acuerdo es igual de exigente. Sincronizar rendimientos (yield), embalaje avanzado y calendarios entre dos foundries distintas no es trivial. Samsung tendrá que demostrar consistencia frente a TSMC. Aun así, la percepción sectorial cambia: si Tesla pone sus fichas sobre Taylor para AI5 (y AI6 a mayor escala), la puerta a nuevos clientes (automoción, IA, centros de datos) se abre más.
El mensaje que deja este episodio trasciende a Tesla y Samsung. La diversificación es política de empresa en el silicio de alto rendimiento, y el hecho de que dos gigantes compartan un mismo diseño crítico subraya que el factor riesgo pesa tanto como el rendimiento por vatio. Para los inversores, es también una pista: la foundry de Samsung está viva y con contratos importantes.
Imágenes | Dall-E con edición, Juan Lorente
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