Existe un par de trucos para conservar los tomates frescos hasta seis meses: sólo necesitas una pajita y tu frigorífico Samsung

En casa los tomates vuelan… y, cuando no vuelan, se arrugan. Da igual si compras rama, pera o ensalada: cuando están en su punto duran poco y, si te despistas, pierden agua y textura. 

La buena noticia es que hay formas sencillas de alargarles la vida sin recurrir a inventos raros. Te cuento dos métodos prácticos, que ha develado el chef Saúk Reyes de Gustillosrecetas, uno para mantenerlos frescos varias semanas y otro para guardarlos troceados durante mucho más tiempo.

Por qué se estropean tan rápido

El tomate es pura agua y una piel fina que hace de barrera, pero no del todo. Con el paso de los días, la humedad de la pulpa se evapora y el fruto se deshidrata, primero en la zona del pedúnculo (donde iba unido a la planta), que es su “punto débil”. 

Si además sufre golpes o cortes, la pérdida es mayor y abre la puerta a mohos y bacterias. Calor y ambiente seco aceleran el desastre; demasiada humedad, por el contrario, favorece el moho. Con este mapa en mente, la clave está en reducir el aire, controlar la humedad y evitar daños.

Método 1: enteros y jugosos durante semanas

Este sistema es ideal para tomates enteros que quieres seguir usando en ensaladas o tostadas.

Limpieza suave

Llena un bol con agua y añade una taza de vinagre. Sumerge los tomates cinco minutos para arrastrar suciedad y reducir microorganismos. Enjuaga sólo con agua y seca muy bien con papel o paño.

Bolsa hermética con “microclima”

Coloca en una bolsa con cierre zip un par de servilletas de cocina (harán de regulador de humedad). Mete los tomates sin apretarlos.

Menos oxígeno, mejor conservación

Cierra casi por completo, introduce una pajita por el hueco, aspira el aire suavemente y sella del todo. No buscamos vacío profesional, sólo reducir el oxígeno para frenar oxidación y pérdida de agua.

Dónde guardarlos

En tu frigorífico Samsung, si tu cocina es cálida, o en una despensa fresca y sin sol directo si hace frío. Revísalos cada pocos días: si el papel se humedece, cámbialo. Con este método aguantan cerca de un mes con buen aspecto.

Método 2: dados listos para salsas y guisos (hasta 3–6 meses)

Cuando el plan es cocinar (salsas, sofritos, bases de guiso), lo más práctico es conservarlos ya troceados.

• Mismo comienzo: lava, desinfecta con el baño de vinagre, enjuaga y seca.
• Corte: retira el pedúnculo y corta en dados del tamaño que sueles usar.
• Envasado: reparte por raciones en bolsas zip. Expulsa el aire (otra vez con pajita o presionando) y sella.
• Conservación: guarda en congelador. Así se mantienen entre tres y seis meses. La víspera de usarlos, pásalos a la nevera para que descongelen sin prisas.

No necesitas papel en este caso: el frío hará el trabajo. Ten en cuenta que, tras congelar, el tomate pierde firmeza, pero para salmorejo, salsa, pizza o sofrito es perfecto.

Trucos que marcan la diferencia

• Nada de estropajos ni golpes: la piel intacta es oro.
• Separados, no apilados: evita que se aplasten; mejor varias bolsas que una muy llena.
• Fuera del sol y del calor: los acelera a madurar más rápido.
• Revisa y rota: lo que esté más maduro, úsalo primero para cocina.
• No mezcles “verdes” con “a punto”: cada lote tiene su ritmo.

Qué puedes esperar realmente

El método con bolsa y servilletas alarga la vida útil de los tomates enteros sin cambiar su sabor ni textura de forma notable; es perfecto para consumo en fresco.

El sistema de dados congelados te da un fondo de despensa listo para muchos platos y te salva tomates que, de otro modo, acabarían en la basura. Con un poco de orden y estos pasos, pasarás de verlos arrugarse a tenerlos listos y aprovechados casi siempre.

Imágenes | Dall-E, GustilloRecetas

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